El árbol de la política Chilena en el siglo XIX

Conocer el siglo XIX que vivió Chile es bastante llamativo, pues fue de los pocos países del orbe Hispanoamericano que logro superar las dificultades del inicio de una república y paso a tener una nación estable, con conflictos que no afectaron mayormente la dirección de los gobiernos y que fue avanzando en distintos aspectos en el progreso socio-cultural (desarrollando la investigación, la ciencia, las artes, etc), lo que nos muestra una realidad muy distinta a la que acontecía en los demás países. Pero una de las características que tuvo Chile en común con sus semejantes fue que la dirección de la nación fue principalmente obra de la aristocracia local, la cual, muchas veces, se la ve como un todo homogéneo.

La fronda aristocrática fue un ensayo realizado por Alberto Edwards en donde nos muestra los distintos grupos existentes en la élite de Chile, que en aquella época se consideraban como conjuntos distintos por la diversidad de sus ideales, pero que en el fondo son todos pertenecientes al mismo origen: Aristócratas chilenos. El trabajo de Edwards nos muestra el despertar y el crecimiento de este grupo, que mientras avanzan las décadas del siglo XIX van tomando conciencia del rol político que deber ser participes, teniendo su primera manifestación en 1820 al tratar de crear una constitución que los regule como país, un período calmo tras la herencia de Diego Portales en 1830, su retorno a la acción política en 1850, su predominio desde 1890 y su caía en 1920.

Una historia de Chile vista desde los cruces y alianzas que la élite va realizando en sus 100 de actividad, en donde toda la participación política esta bajo su disposición, pues la clase media recien tendra un surgimiento inicial a mediados del siglo XIX pero su participación política inicia en el siglo XX, mientras que la clase popular sigue lo que la elite señala.

Constanza Bustos